Autoras:
Fonseca María
Mejía Leyla
Partiendo
desde la historia tomamos en cuenta los estudios culturales, destacando la parte política liderada por las
culturas, enfocándose en cual era el objetivo fundamental, partiendo desde las
localidades geopolíticas desde la parte intelectual y las redes sociales. Destacando
así la afluencia de los cambios presentados en nuestra américa es decir, los intercambios, la movilidad y los
dispositivos transnacionales. Es por ello que se debe tener en cuenta la
diversidad de intercambios; pero sin embargo la primera fuente mediadora se
caracteriza por ser Norteamérica, sintetizando su producción globalizada. Por
ende el estudio cultural de Latinoamérica se enfoca en diversas mezclas
disciplinarias. De igual manera se denota la parte territorial fundamentándonos
en nuestras fronteras y afianzarnos en el estudio sobre el norte/sur como eje
primordial en la visión que tengamos.
Por
otra parte para poder determinar es estudio cultural, se debe tener en cuenta
la parte crítica de dos grandes vertientes las cuales son la iglesia y
Norteamérica, asimismo la parte filosófica posmodernas. Sin embargo el objeto
principal es la sociología de la cultura dentro de la praxis socio-histórica,
el cual se desenvuelve en un campo transdisciplinario. De esa manera partir
desde una reflexión autocritica, y así preguntarnos sobre nuestra identidad y
nuestra cultura. Es por ello que destaco las ideas de Ríos, A. (S/F) la cual es
la siguiente:
La cuestión nacional y
continental, lo rural y la ciudad, la tradición versus la modernidad (o
esta última versus la posmodernidad), la memoria y la identidad, los
sujetos y sus ciudadanías y, principalmente, el papel de los intelectuales y
las instituciones en sus formaciones discursivas y en las prácticas sociales,
culturales y políticas. (p.248)
Destacando lo dicho por el autor se puede determinar el
enfoque en la parte intelectual sin descuidar la parte ya sea social, cultural
y política, por ende en el pasar de la historia estas partes son fuentes
fundamentales dentro de nación o país, ya que son fuentes de desarrollo
ciudadano, de la mano con el sujeto en el cual es el eje transformador de la sociedad. Sin
embargo américa latina posee gran transculturización, y se refleja a gran
escala conflictos y el racismo.
Por
ende Quijano, A. (2000) define la raza como:
Un sentido moderno, no tiene
historia conocida antes de América5. Quizás se originó como referencia a las
diferencias fenotípicas entre conquistadores y conquistados, pero lo que
importa es que muy pronto fue construida como referencia a supuestas
estructuras biológicas diferenciales entre esos grupos. (p. 202)
Es
decir esa palabra fue denominada en las relaciones sociales entre ¿quienes?
Bueno entre los colonizadores partiendo desde una ideología entre el
conquistador y el conquistado, para que bueno para así clasificar la parte social
dentro de la población, partiendo desde la perspectiva de dominar y el
dominado, esa base fue ideada en américa. Destacando siempre su orden social, basado en
que los que poseían poder sola eran aquellos que se hacían llamar
conquistadores en decir los europeos.
Asimismo
se puede señalas la parte indígena esta se sometía aquellos invasores los
cuales querían desintegrar estas poblaciones. Sin embargo en ellas existía un
proceso mediante el cual se realizaba una mezcla a intercambio de hábitos y de
cultura. De igual manera la parte bárbara se califica o se denota como la parte
que civiliza, será así o simplemente fuimos obligados ha adoptar otras
culturas, destacando en al existir culturas diferentes siempre trae
controversias, es decir se fundamente en un conflicto de convivencia social
donde unos ganan y otros pierden.
Por
otra parte en la transculturización fue fundamentada en la parte territorial
del marxismo lo cual tuvo su eje central en el siglo XX, donde se desarrollaron
aquella guerra europeas, las cuales dejan pérdidas y destrucciones es allí donde
se da la transculturización. Todo esto se va dando a medida de la dinámica que
se efectué, sin embargo se dan tres operaciones mediante el proceso
transculturador lo cual destaco a Ríos, A. (S/F): “lengua, literatura y cosmovisión;
operaciones que siempre han sido marcadas, directa o indirectamente, por los
pensadores latinoamericanos de antes y de ahora” (p.252), es por ello que
debemos tener en cuenta el desarrollo lingüístico y literario que desarrollamos, destacando de
donde proviene si es o no nativo de nuestra cultura, aunque la mayor parte de
nuestra tradición y cultura es reflejada por implantación en nuestra américa
mas no son propias de nuestra nación.
Al
realizar estudios culturales debemos tener en cuenta los procesos sociales que
destaquen los conflictos desarrollados por el poder, así fomentándonos en el
devenir histórico que se quiera visualizar. Porque se habla de trnasdisciplinariedad porque para estudiar una sociedad se debe
tener en cuenta varias disciplinas como la sociología, la economía, la historia
y muchas otras, las cuales nos conllevan a un estudio cultural.
Sin
embargo otro punto resaltante es la corrupción, estudiar la parte moral por
parte de los gobernantes y de los ciudadanos, partiendo desde la lógica violenta
que se desarrollaba en esa época, es decir en la parte dominante imponiéndose ante
el mas débil para así poder fomentar la privatización de lo publico, para si poder tener interés sobre
la hegemonía del neoliberalismo, y así impartir una tradición autoritaria, sin
embargo la economía tiene un auge en la parte capitalizada. De igual manera se
encuentra las industrias culturales, estas se fomentan en gran parte en la producción
social.
Asimismo
se pueden impartir múltiples negociaciones, en ella influyen la producción sentimental,
es decir son subjetivos en sus ideologías sociales. Por ende estas industrias
se encargan de producir y de igual manera valorar el capital obtenido. Es por
ello que se han visto con gran afluencia este tipo de industrias sociales,
siempre destacando las ideologías humanas y la parte autocritica de cada ciudadano,
los cuales se caracteriza por la sustentación de valores humanos.
Es de considerar que para la década de los
noventa, se pudo observar un debate o discusión entre la intelectualidad
latinoamericana, frente a dos de los debates que agitan el mundo académico de
los noventa, lo cual es la globalización y la poscolonialidad. De tal manera,
cabe señalar que apenas comenzando el
siglo XX, un pensador uruguayo, llamado José Enrique Rodó escribió un opúsculo
destinado a influenciar notablemente las representaciones sobre América Latina
y los Estados Unidos manejadas por gran parte de la intelectualidad durante
todo el siglo. La acción de Rodó consistió básicamente en la contraposición de
dos identidades homogéneas e inmensas, por una parte los latinos y por
otra los sajones. Según su punto de
vista Se trata de dos espíritus distintos de dos formas de vida que heredan
valores y formas de convivencia muy diferentes entre sí. Tanto los sajones como
los latinos son herederos de la antigua civilización grecorromana, nos dice
Rodó. Pero mientras que los Estados Unidos reciben esta herencia por la vía del
humanismo nórdico-protestante, Hispanoamérica la recibe directamente por la vía
del humanismo latino-católico que se desarrolló en las regiones mediterráneas
de Europa es decir Francia, Italia,
Portugal y, sobre todo, España.
En este orden de ideas es de destacar
que respecto a la narrativa de Rodó, la principal diferencia cultural entre
latinos y sajones es la valoración que se da en uno y otro lado a la racionalidad
técnico-instrumental. Mientras que los valores supremos de la cultura sajona
son el trabajo, el ahorro y el culto a las promesas redentoras del
industrialismo y el mercantilismo, en el caso de la cultura latina los valores
se centran en la admiración artística, la generosidad del sacrificio y el
sentimiento de solidaridad. De este modo, lo que para aquellos es tenido como
virtud, para éstos aparece como vulgaridad.
Sin lugar a dudas al hablar de la
globalización estaríamos haciendo énfasis a procesos muy complejos de orden
planetario que generan transformaciones no sólo cuantitativas en el ámbito de
la economía y de la racionalización técnica-institucional, sino también
cualitativas en el ámbito de la reproducción cultural. Y estos cambios, se
puede decir desencadenan un profundo debate en torno al Latino americanismo, en
relación a las categorías histórico-culturales. Al referirnos a globalización
implica tomar en cuenta ese nuevo modo de producción de riqueza, cabe mencionar
que en tiempos de Rodó, y durante buena parte del siglo XX, la riqueza se
producía sobre la base del desarrollo industrial.
Igualmente es importante destacar que surge la
división del trabajo rompe así con el esquema clásico centro-periferia, pues
las transnacionales se han convertido en agentes que afectan los intereses
nacionales tanto en los países metropolitanos, como en las zonas anteriormente
periferizadas o colonizadas. Por su parte es de señalar que globaliza no es
únicamente las instituciones estatales y las estrategias económicas, sino
también las ideas y los patrones socioculturales de comportamiento. Se puede
considerar que la revolución informática
durante la segunda mitad del siglo XX, ha acompañado a la globalización de
los capital y, muy especialmente, por dos de sus productos tecnológicos: la
industria cultural y la comunicación a distancia. Por ende se podría decir que
en cuestión de pocas décadas los medios electrónicos de comunicación (teléfono,
cine, televisión, video, fax, internet) han propiciado una transformación jamás
conocida en los imaginarios culturales de la humanidad.
Por otra parte es de aclarar que cada
uno de nosotros, en la medida en que nos vincula formalmente a las redes mundiales de
intercomunicación nos estaríamos involucrando con un agente de la
globalización, sin embargo los estudios culturales en América Latina han
mostrado convincentemente que la globalización no es algo que ocurre afuera de
nosotros y nos transfiere de alguna supuesta esencia ideológica, personal o
cultural. Asimismo se podría decir que nosotros nos encontramos en un mundo
globalizado visto como un sistema donde todos los seres humanos, tenemos la
posibilidad de relacionarnos con el resto del mundo, sin embargo con respecto a
esto no todo es positivo pues, esto obviamente se encuentra entrelazado con lo
económico o mejor dicho influye en ello y de cierta manera esto modifica, o a
permitido que nuestras tradiciones y costumbres se haya dejado un poco de lado.
Pues bien todo esto tiene
consecuencias importantes a la hora de pensar quiénes somos los
latinoamericanos hoy en día, en tiempos de la globalización. Se trata,
nuevamente, de la eterna pregunta por la identidad, que ha movilizado gran
parte del pensamiento filosófico en América Latina durante los últimos 200 años. Con relación a esto una pregunta cómo
está ya no puede venir marcada por
representaciones de tipo esencialista que establecen diferencias orgánicas
entre los pueblos y las territorialidades.
En particular según Santiago E. (1.996) nos señala “Por un lado, la
industria de la información ha saturado a los países latinoamericanos de
películas, videos, libros, exhibiciones, aparatos electrónicos y en donde se
borran las fronteras entre "ellos" y "nosotros".”(pág. 3).
Se puede decir que en este caso, la oposición entre lo propio y lo ajeno se
desdibuja en la medida en que los bienes culturales o de consumo son,
arrebatados de sus contextos originarios e integrados a nuevas localidades
globales, donde como tal, las respectivas características serán consideradas
importantes y por su parte son sustituidas o serán vistas con más relevancia
que las de origen, de tal manera identificarnos con nuestras culturas y
tradiciones es algo un tanto difícil puesto que estas han sido influenciadas. A
partir de lo cual se puede decir que globalización surge como una tendencia de los
mercados y de las empresas a extenderse y alcanzar una dimensión mundial que
sobrepasa las fronteras nacionales.
En cuanto al tema de globalización debería quedar claro que no es un
proceso nebuloso y abstracto sino que se haya siempre localizado, es decir, que
no existe ni puede existir con independencia de lo local. Por otra parte es de
señalar que Santiago E. en su obra destaca el fenómeno de las identidades
transversas y los espacios intermedios lo cual para el desafía las representaciones
monoculturalistas de Rodó (el "sajonismo" y la "latinidad"
como unidades orgánicas expresadas en la pureza del lenguaje). Donde se puede
apreciar nuevas jerarquías de poder. Se trata, en el fondo, de una nueva
repartición de privilegios y exclusiones, de posibilidades y desesperanzas, de
libertades y esclavitudes. En dicho caso menciona que lo más dramático y
novedoso de ésta estratificación global es que los vínculos entre la pobreza y
la riqueza se transforman radicalmente. Asimismo destaca que durante milenios
las relaciones de poder estaban organizadas de manera que los ricos necesitaban
de los pobres, en tiempos de la globalización los pobres han dejado de ser
necesarios, de cierta manera ya no se le da la misma importancia que se la daba
anteriormente.
En tal sentido Santiago E. (1.996) señala “Ahora las riquezas aumentan y
el capital se acumula sin necesidad del trabajo de los pobres, lo cual conduce
a una situación paradójica en que los dos mundos están más cerca y,
simultáneamente, más lejos que nunca” (pág. 4). Evidentemente por una parte el
mundo de la tecnología ha permitido relacionarnos o compartir con personas de
otros lugares otros contextos, pero a su vez nos encontramos o nos alejamos un
poco de nuestro verdadero espacio, ya vivimos más fuera que dentro de nuestro
propio continente. Se puede decir que la tecnología ha llegado a representar
algo tan fundamental para el ser humano que todo el mundo se ve en la necesidad
de estar allí inmerso.
Para
finalizar se puede decir que la cultura juega un rol esencial en la vida de
todo ser humano, porque mediante ella podemos sintetizar las tradiciones,
lenguaje, la identidad que poseemos, aunque en el transcurrir de la historia Latinoamérica
ha pasado por diferentes etapas las cuales comprende: la tiranía, oligarquía y
sin embargo también se ha reflejado la parte racista, sustentada por todos
aquellos que se creían conquistadores es decir, la parte dominante hacia los
americanos. Por otra parte se caracteriza un continente que se ha sometido a la
lucha de poder, por todos aquellos que querían dominar nuestros territorios.
Sin
embargo se debe tomar en cuenta el desarrollo geopolítico, las dinámicas políticas,
sociales y económicas. Destacando así el intercambio comercial. Por otra parte
el cambio cultural, lo cual destacamos la parte de transculturalidad, es decir
la adopción de tantas culturas provenientes de Europa, las cuales fueron implantadas
en nuestros territorios. Es por ello que debemos rescatar nuestras tradiciones
nuestras culturas, ser autónomos de nuestra identidad y partir desde allí con
la lucha por no ser partidarios de distinción
social, no ser racistas con nuestros hermanos americanos. Considerar una unión social
y rescatar nuestra identidad
REFERENCIAS
Nelly,
R. (2010). En torno a los estudios
culturales localidades, trayectorias y disputas. Editorial ARCIS. Santiago
de chile.
Quijano,
A. (2000). Colonialidad del poder,
eurocentrismo y América Latina. [Documento en línea]. Disponible: http://ecaths1.s3.amazonaws.com/antropologiaslatinoamericanas/1161337413.Anibal-Quijano.pdf
[consulta: julio, 2012]
Ríos,
A. (s/f) Los Estudios
Culturales y el estudio de la cultura en América Latina. Universidad
Simón Bolívar y Stanford University.